Encuentros cercanos de que tipo?
-Disculpe señora- y despues de observarme por algunos segundos siguio su camino. Mis ojos no podian creer lo que estaban viendo de frente: ese señor que segun yo tenia unos cuarentaytantos y que cargaba a su bebé era nada mas y nada menos que Jose Rabago, aquel que compro una foto mia y que despues me la mando para que se la autografiara, aquel con el que fui a Guanajuato, aquel que estaba inconforme con la portada de mis cuadernos, aquel que siempre estuvo a punto de besarme pero que nunca se animo. Jose Rabago y yo frente a frente despues de tantos años, sin decir nada, con el peso de los años encima, sin la juventud con la que ambos nos disfrutamos. Ahora solo se escucho el silencio y una voragine de recuerdos que ojala hayan sido simultaneos por el buen sabor que dejaron. Pepe me dio gusto verte aunque ninguno de los dos no lo hayamos dicho.