Viernes por la mañana.
Despierto a una hora que generalmente suelo estar dormida. La ausencia no me deja recoinciliarme con el sueño, provoca angustia y el constante abir y cerrar de mis parpados. Hoy empieza el fin de semana y el mar me espera. Su encuentro conmigo siempre me ha parecido el de una vieja relacion amistosa, siempre tenemos cosas nuevas que contarnos, el consejo perfecto, el abrazo anhelado. El mar me espera, alerta o embravecido, tratando de que el mensaje llegue claro. Yo aqui en la ciudad siento que estoy perdida, ultimamente mi brujula interna no esta aliniada, los puntos cardinales se mueven sin cesar de un lugar a otro. estoy desvariando, tengo sueño quiero dormir sin pensar que Marcelo se fue y que yo estoy esperando a que alguien me lo devuelva, quiero dormir conmigo a la esperanza de volverlo a ver y al mismo tiempo a la absurda idea de que hoy puede ser el dia en que te escuche.
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